domingo, 23 de agosto de 2009

Lectura clásica, con el celular.

Los celulares inteligentes están en camino de cumplir muchas de las funciones de las computadoras personales, accediendo a los recursos que ofrece Internet. Ello ocurre no sólo porque están aumentando sus posibilidades de procesamiento, sino también debido a que sus pantallas están aumentando de tamaño. El celular tiene muchas desventajas frente a laptops y netbooks, pero también una gran ventaja: su tamaño muy reducido permite utilizarlo fácilmente en medios de transporte públicos, en esperas ante trámites, mientras caminamos, etc. Aquí va mi experiencia en cuanto al uso de mi teléfono como un vehículo para acceder a obras literarias clásicas, para lo cual creo que está bien preparado.

Comencemos con la lectura: ésta se hace por medio de un software que la facilita. En mi iPhone tengo dos, el Stanza y el eReader, mientras que para la línea Palm puede utilizarse el Plucker. Estos programas hacen que los textos se adapten en su formato a la pantalla y permiten que cada lector ajuste el tamaño de la tipografía a su capacidad visual. A primera vista, podría parecer que leer de esta manera es muy cansador, pero no es así: en buena medida es un tema de costumbre. En este momento, estoy releyendo por medio del Stanza Crimen y castigo, de Dostoievski, texto que se obtiene en el Proyecto Gutenberg, sitio que ofrece unos 30.000 libros gratuitamente en formato electrónico. Todas estas obras se descargan directamente al celular, sin necesidad de la intermediación de un ordenador. En el último tiempo se han leído mucho obras de Dickens, Austen, Twain y Conan Doyle. La capacidad de lectura con el iPhone es tal que lo ha transformado en el principal competidor de Kindle, el visualizador de ebooks de Amazon.

Si lo que se quiere es escuchar un libro, puede recurrirse a un audiobook , también accesible con el teléfono. Un sitio gratuito especializado en estas obras es Librivox, aunque también hay muchos disponibles en el Proyecto Gutenberg. La calidad de los audiobooks sin costo varía mucho, ya que, en general, son grabaciones de voluntarios. Yo escuché, por medio de mi teléfono, lecturas excelentes de El hombre que fue jueves , de Chesterton, y La metamorfosis, de Kafka. Lamentablemente, las obras en español son más escasas, pero un buen inicio es comenzar con El Quijote . Si lo que se desea es escuchar debates o conferencias sobre humanidades, hay que recurrir a un podcast , que es emitido regularmente por personas e instituciones: yo estoy suscripto a Philosophy Bites, donde puedo escuchar presentaciones, por ejemplo, sobre Kant, Parménides, Nietzsche y Kierkegaard.

En el caso de los videos, puede utilizarse el Internet Archive, un depósito inmenso de materiales de todo tipo, incluyendo culturales y educativos. Entre sus innumerables archivos pueden encontrarse una clase sobre literatura española, una sección de Lady Macbeth de Mtsensk , con música de Shostakovich, o una adaptación experimental de El Aleph , de Borges.

El uso portátil de estos recursos tiene hoy la limitación del precio de los celulares y su conectividad, que varía según el horario o el lugar geográfico. Generalmente, no se presentan problemas al bajar un texto, pero sí puede ser, en ocasiones, difícil descargar un audio o un video. Sin duda, en poco tiempo se subsanarán estas limitaciones, haciendo que los celulares no sólo sirvan para comunicarse o divertirse, sino también para enriquecernos culturalmente.

El autor es rector del Eseade.

Publicado en La Nación 21/8/2009

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